Algunos seres no conquistan los corazones de inmediato, sino con una sonrisa en los ojos, un relincho suave, una confianza que va más allá de las palabras. Nuestra pequeña Viva España, una noble mezcla entre una yegua española que posee una dulzura indescriptible y el semental de sangre caliente Vivaldos, fue desde el primer día un alma de caballo.
Con un corazón de oro y un carácter tan suave como la brisa de verano en un prado en flor, encanta a todo aquel que la conoce. Ya de potra buscaba la cercanía de las personas, se acercaba con curiosidad, como si quisiera decir: «Estoy aquí y confío en ti».
En el vídeo muestra lo que significa la verdadera armonía entre el caballo y el ser humano: completamente libre, sin cuerda, sin coacción, se queda allí, orgullosa y relajada, mientras el herrero cuida con cariño sus pequeñas pezuñas. Sin prisas, sin vacilaciones. Solo confianza.
Tan joven y ya con tanta dignidad, tanta elegancia en cada paso. Nuestra Lady sabe perfectamente lo especial que es, y nosotros también.
Porque quien la ha visto una vez, nunca la olvida.